Llevo mucho tiempo sin escribir en mi blog, quizá demasiado... tanto que me resulta difícil volver a hacerlo.
El pasado 29 de Septiembre de 2023 se cumplieron 20 años de mi participación en el programa de televisión Operación Triunfo. De todo eso, si algo me ha hecho sentirme plenamente orgulloso es el día y el momento que vengo a contaros aquí.
El 24 de diciembre de 2003 volví a mi ciudad, Tarazona, tras el encierro que vivimos en el concurso. Después de tres meses ausente, recluido e ignorando el día a día en el exterior... esas Navidades regresé por fin con mi familia, mis amigos y mi gente. No dejo de tener una extraña sensación de irrealidad e ilusión por todo lo que viví. Mientras yo jugaba a ser un tipo de la televisión, en Tarazona recibían imágenes a diario de mi proceso y eso hizo que la gente enloqueciera por completo con mi persona.
En todo este tiempo que ya ha pasado soy muy consciente de que mi persona tan solo era el canal, el instrumento que logró todo lo extraordinario que se logró entonces. No me atribuyo ningún mérito de lo ocurrido, pero me siento profundamente agradecido de que la vida me eligiera a mi para estar ahí, para lograr unir a toda una ciudad. Una ciudad que disfrutó de unas semanas de alegría, de canciones, de música, de unión, de sonrisas, de convivencia. Si algo tengo que agradecer a mi paso por aquel programa de televisión, es haberme permitido ser el centro de toda esa maravilla.
Al llegar a mi casa aquel día viví uno de los momentos más surrealistas y bonitos de mi vida. Ahora, acaban de hacer 20 años de aquello y quiero compartir las imágenes que tengo de aquel día. Imágenes donde se ve a la gente esperando mi llegada. Miles de personas coreaban mi nombre, víctimas de aquella euforia creada por la pantalla en la que estuve encerrado casi 100 días. Cantaban cánticos hacia mi y me descoyuntaban a besos y abrazos. Me dejaron firmar en el libro de honor de la ciudad de Tarazona y me emborracharon de amor y cariño, un cariño indescriptible, del tipo de cariño y calor que te da tu gente, tu ciudad.
Dejo algunas imágenes donde se puede, tan solo, intuir lo que viví aquella tarde de diciembre de 2003.
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Entonces, contaba con 19 años... ahora se han sumado 20 años más y a mis 39 años sigo dedicándome a la música. ¡Joder! Es increíble ¿no? Todo lo que he vivido en estos 20 años lo cuento con detalle en mi libro MIS GANAS DE COMERME EL MUNDO, pero aquí y ahora, confieso que han sido 20 años acojonantes.
Por eso, quiero agradecer en esta publicación el empuje de toda mi gente cuando era tan solo un crío, ya que esa explosión de Tarazona en mis inicios ha sido un motor fundamental para tener la energía suficiente que me ha llevado hasta aquí. Tras 20 años me siento orgulloso de seguir haciendo lo que más amo, de ser músico.
Entonces no sabía como lo iba a lograr. Era imposible imaginar qué sería de mí. A corto plazo parecía que la fama y el éxito del programa serían suficiente gasolina para llevar a cabo una carrera como músico profesional, pero aquella gasolina duro tan solo los primeros kilómetros y se esfumó muy rápido. Incluso mi gente más cercana se desinfló con la misma rapidez que se infló con el programa de televisión.
No sé ni tan siquiera como he sido capaz de llegar al momento actual. No sabría contar cual es la fórmula o el camino que me trajo hasta aquí.
Ahora estoy en mi casa de Madrid, tengo decenas de canciones publicadas, más de mil conciertos a mis espaldas por toda España, he compartido escenario con artistas y personas que admiro y admiraba en aquel entonces. También he publicado un libro, comparto la vida con una mujer increíble y tengo a mi lado un carrito con una niña preciosa de dos meses llamada Olivia, mi hija. Por si fuera poco, formo parte del equipo de Locos por la música (el nombre de mi oficina no podía ser más adecuado ehee). Y con mis compañeros de La Poptelera llevo más de 14 años y no paramos de hacer conciertos cojonudos.
Si que considero, que la única llave para abrir algunas puertas es quererlo y desearlo de verdad, incluso por encima de tus cualidades o talento, desear DE VERDAD. La música no es televisión, lentejuelas, ropa cara ni zonas Vip en las discotecas... Ser músico es estar en un pueblo a las 3 de la mañana, ser músico es que te duela la garganta, tomar ibuprofeno, dormir en cualquier lugar, comer de puta madre, conociendo la gastronomía tan brillante que tenemos en España. Ser músico huele a cerveza, a moqueta sucia, a tabaco y a ropa sudada. Ser músico es una aventura apasionante metido en una furgoneta con tus colegas y con la espalda dolorida. Ser músico es soñar con volver a casa para poder pasar horas sentado en tu retrete o acostado en tu cama. Ser músico es pasarte la vida poniendo y quitando cables, es música a todo volumen cuando te duele la cabeza, es cambiar cuerdas de guitarra, estar cegado por los focos y escuchando a gente borracha tarareando estribillos mientras te demandan que toques una canción de mierda solo porque a esa persona que va pedo le gusta la canción de moda.
Y EXACTAMENTE ES ESO LO QUE ME FLIPA! ¡Ser músico!
Muchas personas piensan que el éxito o el reconocimiento mediático mola, que es una maravilla! en serio... ¡NO MOLA NADA SI NO HACES LO QUE MÁS TE GUSTA! Más bien es un precio a pagar por hacer lo que te gusta, y si ese precio lo pagas es maravilloso, pero porque es el fruto de tu trabajo bien hecho y que ocurra porque tu trabajo llega a muchas personas. Cuántos de los que fueron a programas de tele realidad musicales no hacen ya conciertos; ahora son presentadores, jurados o salen en la televisión haciendo lo que sea para ganar dinero rápido. ¡Claro! Ser músico va de otra cosa...
Cuando comencé me prometí que si cumplía 30 años y no obtenía resultados en mi profesión, sabría recibir el golpe y lo dejaría. Cuando cumplí 30 años pude valorar que la cosa no iba mal, así que decidí seguir trabajando en la música. El próximo año voy a cumplir 40 años... me prometí lo mismo... pero me siento extremadamente afortunado y exitoso. Así que seguiré...
A primeros del año 2024 publicaré un tema nuevo. ¡Un tema acojonante y que me flipa! Y quién sabe cuántos conciertos, aventuras, proyectos y viajes me esperan... ¡Eso es ser músico! No aburrirte nunca.
Y hasta aquí el escrito de hoy. En este blog personal, donde escribo sin pensar y solamente lo que pienso.
¡¡¡LA MÚSICA DEBE CONTINUAR!!!
¡Besos y abrazos gente!
