Músico, cantante, compositor... Afincado en Madrid. Soñador, amante de la música. Me gusta la vida. Me han dicho repetidas veces que pienso demasiado. He cogido el hábito de no tener costumbre...
martes, 13 de agosto de 2019
Mario Martínez - ¡Mis musas se hacen mayores!
Estos días he pensado mucho sobre la dificultad que tiene escribir canciones. A mis 35 años llevo toda la vida tratando de juntar melodías, letra y acordes y acabar de forma brillante una canción tras otra, con más o menos éxito en unos casos u otros.
Yo experimenté esta pasión desde muy pequeño. En una familia de músicos un niño siempre trata de hacer lo que ve a sus papás y hermanos mayores. Mis hermanos estaban siempre con la guitarra y con el piano y lo tenía todo disponible desde bebé. La primera canción que recuerdo la escribí con 8 años y era para una niña de mi clase que me tenía enamorado. Recuerdo perfectamente casi toda la letra y recuerdo que la hice sobre las tres teclas negras del piano que están juntas (Fa# - Sol# - La#) tocándolas con cada mano en su octava. Siempre me ha provocado gracia y vergüenza a partes iguales y me parecía que era algo horrible... pero ahora, con el tiempo y la experiencia me doy cuenta de que esa canción era una auténtica obra de arte y fue muy importante para mi.
Crecí en el conservatorio aprendiendo música, con un grupo de punk/rock formado con mis amigos del colegio y con mis hermanos también tocando en directo con el grupo musical familiar que inició mi padre ya hace décadas y al que nosotros le dimos continuidad. Mi hermano José Ignacio grabó un disco en febrero de 1999 en los estudios Sincro 1000 de Zaragoza y ahí quedé completamente enamorado del oficio. Aprendí mucho viendo a mi hermano hacer canciones, crear ritmos, melodías, letras, arreglos... Todo en casa con Midi y yo ahí detrás viendo como organizaba cada una de las notas y los instrumentos. Por las noches él escribía letras y veía "Crónicas marcianas", donde además, con suerte, podías ver alguna tía en pelotas. Esa parte me la perdía ya que tenía 13 o 14 años y me tenía que ir a la cama.
Estos días he pensado mucho en la dificultad que tiene escribir y crear canciones ya que es algo que sufro en mis carnes. He pensado en lo mucho que admiro a las personas que las hacen y sobre todo a las que permanecen en el tiempo con este don intacto y en activo. Considero que con el paso del tiempo hay muchas capas que te van cubriendo y tapando esa capacidad y es muy difícil mantener limpia la creatividad cuando te haces más mayor. Voy a tratar de explicar uno a uno los puntos que creo que dificultan con los años mi cabeza a la hora de escribir temas nuevos.
- Auto exigencia:
Sin duda es una de las cosas que a mi más me afecta. Cuando eres niño o joven tus canciones molan porque molan y porque son naturales y espontáneas, ya que esa naturalidad es algo intrínseco en tu persona por la edad que atraviesas. Esa sencillez es algo precioso convertido en canción y es algo que se va perdiendo con los años. ¡Quién no recuerda una canción compuesta con 3 acordes y una melodía sencilla y que es un tema redondo! Con el tiempo estudias más música, escuchas más música, tienes más información en la cabeza y eso hace que sea más difícil ordenarla. Quieres hacer algo donde todo lo que aprendes se vea reflejado y al final acabas haciendo auténticos montones de cosas sin sentido unidos a martillazos que son inaudibles. Actualmente estoy mejor en ese sentido ya que no trato de gustar a nadie ni de "inventar la rueda" cuando escribo temas. He vuelto a buscar la sencillez y a no exigirme hacer lo que no sé hacer, ni parecerme a quien no me parezco.
- Presión Social:
Básicamente con esto me refiero a algo que he visto en todos los años de carrera que llevo. ¡Es muy sencillo! Cuando escribes canciones en el instituto molas, ligas con las niñas y eres popular por algo que es artístico y bonito, y que además te gusta hacer. Con los años y cuando pasas la treintena la gente ya no lo ve tan así. El que escribe canciones esta un poco "tarao", es un hippy que se ha quedado inmerso en sus sueños de adolescente y la vara de medir tus temas en tu círculo más cercano ya tiene un aura de "a ver que hace este colgado". Actualmente identifico esa actitud y ya me hace gracia, pero reconozco que hubo una época en la que ver que tu gente cercana te miraba como si estuvieras loco por hacer lo que te gusta me quitaba energía. Recuerdo un caso concreto donde me dijeron: "Que Mariete, a ver si dejas de hacer ya esas cancioncitas pop y haces algo serio con tu vida de una vez no?". Esa persona compartía conmigo sueños de jóvenes y pasión por el arte y al recibir ese comentario no podía creerlo.
Otro punto de la presión social es lógicamente la falta de éxito o reconocimiento. Sencillamente si sales en la tele o anuncios y la gente tararea tu tema aunque sea una mierda vas bien encaminado sino no. Si haces buenos trabajos pero no hay dinero para introducirlos en los cerebros de la gente no valen nada. Esto tiene una parte de lógica tanto en mi gremio como en muchos otros y no voy a protestar por ello. Tampoco dejaré que sea la vara de medir de mis canciones.
A lo largo de estos años me han ofrecido algunos profesionales del sector que he conocido en Madrid que pidiera temas a compañeros famosos para así poder salir yo y tener mayor caché. Como táctica comercial es lógica y brillante, pero lo que lamento es que esas personas no han dedicado apenas 10 minutos a escuchar una de mis canciones.
- Tiempo:
Este punto se explica rápido. Cuando eres más joven dispones de más tiempo para invertir en tocar, componer... Cuando te vas haciendo mayor acabas lleno de responsabilidades y tareas diarias. Eso hace que sea más difícil encontrar momentos para escribir canciones.
- Política:
Prometí no hablar de política en este blog, y así seguirá siendo pero ahora solo diré que es un punto que me afecta a la hora de escribir canciones. La política es algo que me gustaría ignorar pero desgraciadamente considero que es imposible en nuestra sociedad actual. Hay que enterarse de algo y tratar de conocer el país en el que vives y los movimientos sociales, culturales y políticos que sufre. La política es algo que contamina mi cabeza y que entorpece mi imaginación. A mi me genera muchas decepciones, me crea frustraciones y eso afecta a mi persona por lo que también creo que influye y dificulta para crear temas.
- Experiencias:
Cuando eres joven tienes menos experiencia. Esto tiene una doble cara para mi a la hora de escribir canciones. La buena es que al no tener muchas experiencias vividas, las que vives son enormes, intensas e importantes y eso es positivo para contarlas intensamente. La mala es que tienes menos historias que contar. Yo creo que era más sencillo con menos experiencia porque a pesar de ser pocas las vivía con fuerza y las sentía con más nitidez. Con los años puedes contar mil aventuras vividas y eso mola, pero al final son tantas las cosas vividas que llegas a normalizar casi todo aunque sea algo inaudito y pierde intensidad.
- Negocio:
Las facturas se convierten en tu compañero de cañas diario con el paso del tiempo y tus compañeros de cañas de antes en una llamada o mensaje cada dos meses. Es una pena pero es así al menos bajo mi experiencia.
Actualmente las canciones que suenan y canta todo el mundo son negocios, proyectos, productos creados por y para ganar dinero. No veo yo a Sting, Antonio Vega, Bob Marley, etc creando pensando en los millones que van a ganar, por eso creo que los ganaron. Ahora todo se monetiza y a la gente le mueve ser popular y ganar dinero. Las canciones no las hacen los músicos o artistas, en la mayoría de los casos por eso están vacías y pasan de largo. De ahí que los que lo hacen con honestidad y viven para la canción tengan tanto valor para mí. Cantar lo hace cualquiera, tocar un instrumento lo hace mucha gente... pero hacer una buena canción, grabarla, tocarla, cantarla... eso lo hace muy poca gente.
- El formato:
Antes a la gente le dabas una cinta, o un CD y al menos lo introducía en su coche o reproductor y te garantizaba unos minutos de atención. Actualmente ni mi propia familia o amigos cercanos me prestan más de 20 segundos. Incluso a músicos con los que trabajo les mando mis temas nuevos o maquetas y estoy seguro que con suerte lo escuchan una vez. Eso es una realidad, así que ahora parece que tienes que escribir temas pensando en que sean rápidos y billos que lleguen prontito para que la gente no pinche en otro botón de su dispositivo y te olvide. Esto creo que indirectamente o de forma más sutil también me influye cuando estoy tratando de hacer una canción.
- Redes Sociales:
Siempre pienso que dedico tanto tiempo en redes sociales que si lo dedicara a hacer canciones tendría una pila de buenos temas. ¿Cómo te escapas de esto? es muy difícil... ya no se llevan maquetas a profesionales para que te conozcan, ya no molas si tienes buenos temas o si metes gente en un concierto solamente, tienes que tener muchos seguidores y muchos "me gusta" sino no vales nada y tu música no vale nada.
Hace poco estaba en la oficina con varios compañeros que se dedican a organizar conciertos y llevan artistas. Hablaban de un chico que les había llegado a la oficina y creo que pincharon una canción en YouTube pero lo que realmente estaban usando para juzgar a aquel tipo eran sus seguidores en redes, las visualizaciones que tenía. Ya os digo que, a nivel monetario, era mucho mejor que yo porque en sus redes sociales tenía los deberes bien hechos, y eso genera dinero.
Eso que parecía frívolo hace un par de años ya es así, punto.
- Abrir tu alma y enfrentarte a tus miedos:
Esto es algo muy difícil cuando haces canciones de niño, de joven o de mayor. Yo confieso que no paso un rato agradable cuando indago en mi interior y trato de ordenarlo en palabras que hagan frases, que rimen y tengan sentido. Es una tarea compleja que cuesta. Espero que se entienda la metáfora pero es como un parto doloroso ya que también es cierto que cuando pasa y tienes una canción creada por ti, terminada y estás conforme es algo único y precioso y que no me ha pasado nada parecido hasta ahora con nada. Eso hace que con dos personas que escuchen tu tema todo merezca la pena, y esa es la fuerza real de porque esto nunca va a parar de ocurrir independientemente de las dificultades económicas, artísticas u otras muchas que se nos pongan por delante a las personas que nos gusta hacer canciones, sólo eso, canciones.
Siempre he alucinado con poder entrar en las casas de las personas en forma de canción. Es un poder que he soñado siempre más que volar o tener rayos en los ojos. Acompañar a las personas en cualquier lado, en sus casas, coches, bares... Que uno escuche una canción mía cuando está de fiesta, otro cuando está en su habitación, otros cuando estén follando, o cocinando, en la piscina o en su trabajo...
Seguiré tratando de lograrlo porque aún siento que tengo energía suficiente para ello a pesar de haber explicado que fácil, lo que se dice fácil, no lo es.
Y hasta aquí mi nueva publicación en mi blog, donde escribo sin pensar y sólamente lo que pienso.
¡Abrazos y mil canciones para todos!
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