Estoy viendo a muchas personas que este invierno están sufriendo las consecuencias del temporal. Realmente el calentamiento global es un asunto que retumba en mi cabeza cada día más y sobre el que cada vez busco más información y me documento más. Recomiendo a todo el mundo que vea este documental que publicó Leonardo Dicaprio donde da un repaso a la situación actual del planeta.
Por cerrar este tema diré que me alegro que el planeta nos de señales y nos haga pagar las consecuencias de nuestros actos infames poco a poco, si esto nos sirve para darnos cuenta. No quiero decir que me alegre de las catástrofes naturales que están ocurriendo pero un poco si de que la madre tierra nos pegue alguna "zurra" en el culo y espero que así el niño mal educado que somos la humanidad intentemos portarnos algo mejor. Aunque, siendo sincero, cada vez tengo menos esperanza.
Y hablando de lo mucho que me sorprende el ser humano intentaré explicar otra cosa que siento y que a veces pienso. Va un poco sobre lo muy previsible de las acciones y costumbres de las personas, "incompetencia programada". Lo exageradamente domesticados que estamos y lo mucho que lo ignoramos. Lo que hacemos y porqué lo hacemos...
Recuerdo cuando era joven y mis amigos empezaron a fumar y yo no lo hice. Eso me ocasionó una presión de grupo espectacular. Entonces me di cuenta que cuando un verano estaba de moda ir a los autos de choque el que no lo hacía era un poco raro. Cuando había que tener moto pasaba exactamente igual si no la tenías. Cuando había que salir con chicas y perder la virginidad quien no lo hacía sufría esa crueldad que solo los adolescentes pueden repartir a diestro y siniestro sobre el prójimo. Ahora lo llaman "bullying". Pienso que esa presión, de forma mas sutil y en una versión más avanzada, ocurre en la sociedad a cualquier edad y sin realmente ser conscientes. Es incluso una forma de hacer dinero el poder hacer sentir a las personas inferiores si no están a "la última".
Me produce rechazo la previsible forma de vida de las personas. Acepto y respeto profundamente a las personas que así lo quieren hacer y que se dejan llevar por la riada en cuanto a su forma de consumir su existencia en este planeta. Realmente los respeto e incluso admiro de alguna forma, por encontrar la felicidad en ese paso de los días idénticos, apetencias y ocurrencias tan programadas. Sobre toda esta fórmula se sostiene la ignorancia y la manera de dominar la sociedad. Es evidente que funciona, reconozcamos su éxito. Pero lo que me repugna y critico profundamente es que parece que en esa actitud va implícita una crítica y una burla y presión constante a los que no lo hacen así, a los que queremos vivir una vida propia.
No sé si este es un tema delicado y por el cual las personas me pueden tachar de "imbécil" al escribirlo y contarlo tal y como lo pienso o incluso de no saber explicarme bien, pero cada vez más me ocupa este pensamiento ¿por qué? la explicación creo que está en este escaparate que suponen las redes sociales que dejan ver tantas cosas de las personas día tras día. Leí hace poco que desde que existen las redes sociales hay mayor número de personas frustradas y con depresión debido a que pueden contemplar los éxitos de los demás y eso les hace caer en una profunda tristeza.
Este vídeo es un ejemplo de lo que ya está pasando:
Es muy sencillo adivinar según que cosas de las personas de esta sociedad sólo por que te digan que edad tienen y hablar un poco con cada uno. Me gusta la gente a la que le gusta la bricomanía pero que no tienen entre 30 y 40 años y se acaban de comprar casa. Me gusta la gente que adora a los niños y habla de pañales pero no está buscando descendencia ni la tiene. Me gusta la gente que va al cine cuando no es la fiesta del cine. Me gustan las personas que juegan al Candy Crass ahora y no cuando estaba de moda, lo mismo me ocurre con el Apalabrados. Me gusta la gente que visita a sus familiares en cementerios pero no el día de Todos los Santos. Me gustan las parejas románticas y no el 14 de febrero. Me gustan las personas que celebran la noche de Reyes cuando a ellos les apetece, es mi caso. Me gusta la gente que llama a sus padres todos los días y no los que compran bonitos regalos sólo el día del padre o el día de la madre. Me gusta la gente que va a Sevilla y no se monta en carrozas tiradas por caballos e intentan mal-cantar flamenco. Me gustan los niños que no juegan tanto a la pelota y se leen un libro y me gustan también los mayores que no leen en exceso los periódicos y a veces juegan a la pelota. Me gusta la gente a la que le gusta el fútbol como deporte sin más y no es víctima de la mala prensa deportiva que tanta pena da en estos últimos años. Me gusta el café y no siempre por la mañana. Me entristecen las caras de las personas que trabajan en las mesas del paro o en oficinas como funcionarios y te contestan como un robot sin apenas mirarte a los ojos mientras beben de una botella de agua que utilizan durante semanas. Me gusta salir de fiesta cualquier día que no sea fin de semana. Me gusta la gente que funciona sin reloj...
Y entiendo que esto sea simplemente lo que a mí me gusta y no le tiene que gustar a todos... pero ¡¡¡por favor!!! Dejemos de fruncir el ceño cuando una persona no hace las cosas que muchos consideran "normales" ... ¿Me supe explicar?
En fin, supongo que ya no tengo mas palique por hoy así que acabo ya esta nueva entrada en mi blog, donde escribo sin pensar y solamente lo que pienso...
Saludos!
Mario Martínez